domingo, 26 de noviembre de 2023

Las palabras no tienen poder, tienen consecuencias

 Las palabras son una herramienta poderosa que utilizamos todos los días para comunicarnos con los demás. A menudo damos por sentado las palabras que utilizamos y el impacto que tienen en nuestras vidas y las de quienes nos rodean.

Sin embargo, la verdad es que las palabras tienen consecuencias y la forma en que usamos el lenguaje puede moldear nuestras percepciones, creencias y acciones, ya sean para inspirar, motivar, destruir o edificar.

Cuando utilizamos un lenguaje positivo y edificante, podemos mejorar nuestro estado de ánimo, aumentar nuestra autoestima y mejorar nuestras relaciones con los demás. Por ejemplo, un simple "gracias" o "bien hecho" puede ser de gran ayuda para que alguien se sienta apreciado y valorado.

Por otro lado, las palabras negativas pueden tener un impacto perjudicial en nuestras vidas. Las críticas, los menosprecios y el lenguaje despectivo pueden hacernos sentir heridos, enojados e indignos.

Cuando utilizamos lenguaje negativo, podemos perpetuar y reforzar creencias y comportamientos dañinos. Por ejemplo, utilizar un lenguaje obsceno, ofensivo o irrespetuoso contribuye a entornos de violencia y agresividad.

Lo antes expuesto, lo refiero para que tomemos conciencia de la necesidad de usar las palabras con una sana intención, un lenguaje positivo y edificante, ayuda a fortalecer nuestras relaciones y generar confianza, respeto y comprensión. Por otro lado, las palabras negativas dañan nuestras relaciones y generan conflictos, hieren sentimientos y causan desconfianza.

Por ello, procuremos identificar qué palabras utilizamos para que sean de positivas consecuencias. tú, qué palabras utilizas.

viernes, 7 de enero de 2022

Las estrategias cognitivas en el discurso

 Al momento de dar un discurso una de las herramientas que más debe dominar el orador, para lograr un mensaje persuasivo, tiene que ver con las estrategias cognitivas, entendidas como actividades y procesos de tipo mental que realizadas de manera consciente e inconsciente facilitan la asimilación de un mensaje.

La ejecución y dominio de estas herramientas por parte del orador ayudarán a la audiencia a comprender, valorar e identificarse con la propuesta recibida, en virtud de la máxima: "mientras más imágenes mentales es capaz de crear el orador, más persuasivo se vuelve". Siendo la combinación sensorial, fortalecimiento lingüístico y claridad comunicativa las bases de estas herramientas.

Dentro del grupo de estrategias cognitivas que podemos utilizar en el discurso están:

  • La comparación, que consiste en observar y detallar semejanzas o diferencias entre dos elementos que guardan algún tipo de relación, por ejemplo un objeto con otro, una teoría o un hecho con otro.

  • La analogía, es una herramienta inductiva de razonamiento verbal en el cual dos realidades que no parecen tener puntos en común, pero que al presentarlas una al lado de la otra se evidencias sus semejanzas.
  • Atención fragmentada, esta herramienta se aplica cuando focalizamos la atención en un punto o aspecto de la información, procediendo seguidamente a dividirla en partes que se abordan una a una.

Ahora bien, para que el uso de estas herramientas sean efectivas y provechosas debemos acompañarlas de material visual, acá es importante la corporalidad escénica o el uso de diapositivas, además se debe variar y alterar los estímulos, ya sean auditivos, cenestésicos o visuales, al tiempo de apoyarnos en preguntas retóricas para romper la monotonía del discurso.

En definitiva, el arte de la palabra hablada es un proceso constante de aprendizaje, donde la combinación teórico-práctico es fundamental para mejorar nuestras presentaciones.

jueves, 18 de marzo de 2021

El Orador y los Medios

Un orador es, en estos tiempos de multimedia, mucho más que un individuo que pronuncia un discurso público con cierta elocuencia y verba galana, con el objeto de entretener, informar, conmover o deleitar.⁣⁣⁣⁣⁣

Sostener esa proposición significa ignorar o minimizar, al menos, la milenaria influencia de los oradores sobre los seres humanos, la inmensa e irresistible penetración de los medios de comunicación y, fundamentalmente, los fines del arte oratoria. ⁣⁣⁣⁣⁣

En la noción moderna de orador puede y debe caber toda expresión que tenga entidad suficiente para convencer y persuadir deliberadamente a personas que forman parte de un público indeterminado, para que realicen, individual o colectivamente, una acción u omisión.⁣⁣⁣⁣⁣

Ello significa qué si bien cualquier mensaje puede entretener o informar, conmover o deleitar, estos valores deben considerarse como elementos de apoyo, porque aún queridos y apreciados por el orador, no constituyen los objetivos fundamentales de su arte. ⁣⁣⁣⁣⁣

Un "video-clip", los llamados comunicadores sociales, el candidato a un cargo político, un jingle televisivo, un programa de ventas por televisión, etc., son otros tantos paradigmas de oradores cuyos discursos se repiten incansablemente a lo largo de días y noches.

⁣⁣⁣⁣⁣Adviértase que los oradores y, contemporáneamente los medios que le sirven de soporte, ejercen una suerte de fascinación hipnótica sobre los individuos de la que no es fácil liberarse, abandonando el lugar o pulsando un botón de apagado.⁣⁣⁣⁣⁣

No debe agregarse a estos remedios la febril actividad que se conoce con el nombre de "zapping", porque su ejercicio no constituye una franca actitud de abandono participativo sino la prosecución de la búsqueda de un nuevo orador y discurso.⁣⁣⁣⁣⁣

De allí el poder inmenso del orador y su arte -potenciado al infinito en nuestros días por los medios electrónicos- que motivó en su tiempo serias dudas a Platón, Cicerón y otros, sobre los presuntos bienes que acarrearía la práctica de la oratoria al género humano y la defensa aristotélica, que enfoca la cuestión como una variable dependiente del sentido ético de quien expresa el discurso.⁣⁣⁣⁣⁣

Para apreciar la técnica del orador y como ésta se manifiesta a través de su obra, cualquiera sea la modalidad (discurso, videoclip, jingles) y el medio por el cual se canalice, deben examinarse, previamente, los factores que integrarían la personalidad de los seres humanos.⁣⁣⁣⁣⁣

Según Platón, el alma humana está compuesta por tres elementos -el intelecto, la voluntad y la emoción- cada uno de los cuales posee una virtud específica en la persona y juega en ella un papel determinante.⁣⁣⁣⁣⁣

Un somero y desapasionado análisis nos indica que todo discurso está expresamente diseñado para conquistar los elementos del modelo platónico, es decir, que persigue alcanzar y cautivar el alma de los individuos a quienes está dirigido.⁣⁣⁣⁣⁣

Es por ello que luego de las etapas comunes a casi todas las piezas discursivas, esto es, las costumbres oratorias, el exordio y la proposición, el orador comienza, lentamente, con su tarea de convencimiento.⁣⁣⁣⁣⁣

Tratará de seducir, en primer lugar, al elemento intelectual por medio de argumentos muy simples, tomados de la experiencia, para que resulten fácilmente entendidos o asumidos por la audiencia.⁣⁣⁣⁣⁣

El gran público considera, comúnmente, que los razonamientos fáciles y las demostraciones elementales que ha elegido y embellecido el orador, con talento e ingenio, son verdades que se mantenían ocultas o realidades que nunca fueron tomadas en cuenta.⁣⁣⁣⁣⁣

En estos tramos discursivos suelen deslizarse también, aún en forma involuntaria, razonamientos absolutamente falsos que exhiben todo el aspecto de ser verdaderos, conocidos, desde la antigüedad, con el nombre de falacias.⁣⁣⁣⁣⁣

Resulta muy difícil para el público, por no decir imposible, distinguir los argumentos válidos de los falaces, por cuanto no puede detenerse a considerar la verdad o falsedad de cada uno en particular, ya que ello significaría perder el hilo discursivo.⁣⁣⁣⁣⁣

Y así llegará el momento en el que la audiencia se encuentre "convencida" o "casi convencida" al menos, en cuanto a las bondades de la proposición que defiende el orador, pero esto no es sinónimo de "decisión" o "cambio" en el mundo de la realidad. ⁣⁣⁣⁣⁣

Los integrantes del público, por una suerte de inercia psicológica, pueden mantenerse indiferentes o incapaces de adoptar decisiones, aún en virtud de aquellas razones u opiniones que han aceptado íntimamente o que comparten en plenitud.⁣⁣⁣⁣⁣

Es del caso citar aquí a los fumadores empedernidos que  "convencidos" que el tabaco es definitivamente perjudicial para su salud por el consejo de familiares, amigos, médicos, literatura científica, películas,  ejemplos de vida, dolores físicos, etc., persisten en su adicción.⁣⁣⁣⁣⁣

Por eso, luego de convencer a su público, el orador se aprestará a utilizar todos los medios de persuasión a su alcance para mover su voluntad.⁣⁣⁣⁣⁣

Pero no es fácil determinar con exactitud el impreciso momento en el que la audiencia se encuentra preparada para que el orador pueda abordar y manipular la esfera volitiva de todos y cada uno de sus miembros.⁣⁣⁣⁣⁣

Los oradores expertos solo se arriesgan a comenzar esta nueva etapa cuando perciben, por medio del lenguaje no verbal, ciertas señales inequívocas que indican que el público se encuentra listo para esa transición.⁣⁣⁣⁣⁣

Entonces, más o menos conquistado el elemento intelectual en base a la entidad de los argumentos expuestos, el orador intentará captar la voluntad de su público con la ayuda de dos medios que se consideran fundamentales: la afirmación y la repetición.⁣⁣⁣⁣⁣

La simple afirmación, ha dicho Le Bon, despojada de todo razonamiento y prueba, es uno de los medios más seguros para inculcar las ideas en el espíritu de las muchedumbres. Cuanto más concisa sea la afirmación y más desprovista de prueba y demostración, mayor será su autoridad.⁣⁣⁣⁣⁣

No obstante, la simple afirmación carecería de verdadero influjo sobre los auditorios si no se la combinara con una conocida figura retórica: la repetición.⁣⁣⁣⁣⁣

La amalgama de afirmación y repetición termina por incrustarse en aquellas regiones íntimas de lo inconsciente donde se elaboran los motivos de nuestros actos, dice Le Bon, pudiendo llegar a transformarse con el tiempo, en función a su intensidad y frecuencia, en una corriente de opinión.⁣⁣⁣⁣⁣

Esto no significa la negación del uso de otros medios persuasivos auxiliares audibles, visuales o combinados (música, grandes murales, pantallas gigantes de televisión, etc.) antes, durante y al final del acto oratorio.⁣⁣⁣⁣⁣

Sin embargo, los guías son el medio persuasivo más común y de más bajo costo que utilizan universalmente los oradores para intensificar la captación del elemento volitivo de sus oyentes.⁣⁣⁣⁣⁣

Estos infaltables e infatigables personajes siempre se encuentran distribuidos estratégicamente entre el auditorio y tienen por misión aplaudir, abuchear, silbar, lanzar gritos histéricos, vociferar estribillos o consignas, etc., conforme a las estrictas instrucciones que se le imparten.⁣⁣⁣⁣⁣

La actuación de los guías también es ampliamente utilizada en espectáculos televisivos, líricos, teatrales y aún en filmes cinematográficos y canales análogos porque tienen una influencia instantánea y decisiva sobre el auditorio, en razón del fenómeno de imitación o contagio, minuciosamente estudiado por Tarde, Le Bon, Ramos Mejía, Freud y otros.⁣⁣⁣⁣⁣

Es el contagio y no el razonamiento, afirma Le Bon, el vector que facilita la propagación de las opiniones y creencias entre las muchedumbres y esta opinión parece reafirmarse en una obra de Freud.⁣⁣⁣⁣⁣

A esta altura del discurso, sino antes, ya que su momento exacto depende de algunas variables, el orador insistirá en su proposición mediante la manipulación del elemento emocional.⁣⁣⁣⁣⁣

Este accionar se fundamenta en el aserto de que los seres humanos se conducen, en todo tiempo y lugar, de conformidad con mitos, tradiciones, opiniones y hábitos comunes; en tanto, en el plano individual florecen sus pasiones, entendidas como inclinaciones o preferencias fuertes y precisamente determinadas.⁣⁣⁣⁣⁣

Tanto los mitos y creencias como así también las pasiones, negativas o positivas, pueden ser y son, en efecto, ordenadas y orientadas por el orador para potenciar (hasta el paroxismo histérico, en algunos casos) la persuasión de su público.⁣⁣⁣⁣⁣

Como decía Gómez Hermosilla: "Convencer es probar al entendimiento que una cosa es verdadera o falsa, buena o mala; persuadir es determinar a la voluntad a que obre en consecuencia con este convencimiento ... Con los argumentos convencemos solamente; pero supuesta la convicción, y aunque esta no sea tal vez completa persuadimos con las costumbres y las pasiones". ⁣⁣⁣⁣⁣

En resumen, la actividad de todo orador, entendiendo a este término en su sentido más amplio, no tiene por objeto principal el entretenimiento, información, solaz o deleite del público, ya que apunta inexorablemente a lograr el convencimiento y la persuasión de todo individuo a quien esté dirigida la pieza oratoria, esto es, subyugar su voluntad.

Artículo de Alberto Cebeira

(Publicado en "La Revista", de la Escuela Superior de Guerra, Nº 529 abril-Junio/98)